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Carta abierta Justicia por Lautaro

 
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Carta abierta Justicia por Lautaro
de Gumersindo Serrano Gómez - jueves, 5 de octubre de 2023, 15:17
 

Algunos de sus seres queridos, que estudiaron, trabajaron y compartieron su vida con Lautaro, escribieron esta carta abierta que comparto con Uds.

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¡Hola! Te presento a Lautaro. Quizás te hayas enterado por los medios de que fue asesinado a golpes, encontrado por su propia madre en su casa, en Florencio Varela, el jueves 28 de septiembre. Para quienes lo conocimos, Lautaro es mucho más y queremos contártelo: Lauta, Luti, Lauti, LautariusPitecus, Lalo, Lau, Gordo, Miniño era un pibe lleno de vida que ponía luz en todo lo que hacía.

Si estudiaste en el IUNA (actualmente la UNA), seguro lo viste cursando Artes Multimediales. En esa carrera forjó hermosas amistades, con las cuales buscó expresar su arte, presentarse a proyectos o exposiciones, porque si había algo que le gustaba era la idea de producir. Ese entusiasmo y dedicación le permitieron representar a la universidad en la primera apertura en Tecnópolis con apenas 23 años.

Si fuiste su amiga/o, seguramente estuvo en tus momentos más difíciles, preocupado por sacarte una sonrisa, escucharte y bajarte de la luna o subirte a la suya.

Si en entre 2013 y 2014 vivías en la esquina de Av. Corrientes y Salguero, te pedimos disculpas por sus aullidos en el karaoke. Eso lo hacía muy feliz, sobre todo si estábamos medio bajón. 

Si sos artista y expusiste en la Bienal Kosice del Centro Cultural Rojas, Game On, o en alguna sala de El Cultural San Martín, probablemente haya sido el asistente de producción o encargado de medios. El que llegaba primero, controlaba que todas las obras marcharan como corresponde. El que se iba último y apagaba la luz. 

¿Seguro no lo conocés? Miralo bien. Estuvo casi 2 años como pasante en el Museo del Bicentenario. Si fuiste al museo, seguro te hizo vivir una experiencia única al recorrer el mural de David Siqueiros. 

Hacé memoria, tal vez fue tu guía en el CCK o en El Centro Cultural Recoleta. 

Preguntales a tus estudiantes, hijos, sobrinos, nietos. Puede que les haya dado talleres de programación o robótica en el Espacio Fundación Telefónica o en el Centro Cultural de la Ciencia.  O tal vez dibujaron con un aerosol en una pantalla digital que él hizo y expuso en la FADU de Santa Fe y en la Universidad de la Cuenca del Plata en Corrientes. Pueden haber asistido a su taller de espuma de colores o de masa conductiva en el Festival Enlaces de la UNTREF. Lo podés haber visto en los talleres en Flexible o El Laboratorio del Juguete.

¿Vivís en Mercedes, Chacabuco, Rawson, Pilar, Trenque Lauquen, General Pico, Realicó, General Villegas, Florentino Ameghino, Lincoln, General Pinto o Junín? Probablemente lo conozcas del Tren Museo Itinerante representando a Casa de Moneda. Seguro te enseñó cosas que nunca hubieras imaginado con una dedicación tremenda, con humor, felicidad y hasta un poco de actuación, como quien ama cada cosa que hace. De Casa de Moneda salías aprendido y riéndote. 

Si tuviste esa suerte, seguro te recibió con una sonrisa, te regaló su tiempo y su simpatía. Puede que la charla de historia o arte se haya desviado a gatos, plantas, o casi cualquier otra cosa.

Y si tuviste más suerte todavía, te enseñó la humanidad que llevaba en la sangre y en el alma, mezclada con sus aventuras previas, de la vida, presentes y las del futuro inclusive, porque le encantaba volar.

        

Últimamente era guía del bus turístico de la Ciudad de Buenos Aires. Si hiciste el tour y no hablas español seguro no le entendiste una palabra, pero igual te cayó bien. Él estaba seguro de que hablaba portuñol, pero todos sabemos que eso no existe.

Estaba cansado, viajaba muchas horas para llegar de Florencio Varela hasta el microcentro y de vuelta a Varela en horario pico, pero seguro te regaló su mejor sonrisa, siempre. Aseguraba que era afortunado, ya que luego de dos años de pandemia, había conseguido trabajo. Un trabajo en el que le dieron una caja navideña que lo hizo llorar de la emoción porque al fin estaba en blanco y ¡con obra social!  Un trabajo en el que volvió a hacer un montón de amigos nuevos, que lo llenaban de energías.

Estaba cansado de tanto viaje; sin embargo, todos los días posteaba en sus estados de WhatsApp fotos del sol, el cielo, las flores, los árboles que cruzaba en el camino y daba gracias por ese momento, ese nuevo día. 

Es por eso que su madre se sorprendió cuando no vio un estado de WhatsApp el miércoles. Es por eso que el jueves fue intranquila a su casa para encontrarse con el peor de los escenarios que puede encontrar una madre. Imagínate esa misma escena que internet y la tele mostraron en estos días sin ningún escrúpulo, pero es tu hijo el que está tirado, atado, desnudo, golpeado, muerto.

Exigimos saber con certeza qué pasó, quiénes son realmente las dos personas que se hicieron pasar por sus amigos, a quienes les abrió la puerta de su casa (como hizo siempre con todos sus amigos) y se ensañaron con él. 

Lauta no tenía más que su simpatía y su amistad para ofrecer. Vivía al día, con su trabajo y con la ayuda de su madre, enfermera jubilada. No había más nada que pedirle ni quitarle, más que su huerta, sus plantas, y sus gatos Almendra y Pistacho. Por eso, no es posible siquiera imaginar que el motivo del ataque haya sido un robo.

Nosotros tememos que se haya cumplido su peor pesadilla: haberse encontrado con dos “mataputos”, como decía llorando cada vez que golpeaban con saña a alguno de sus amigos. 

Que estos sujetos hayan tenido todo planeado. Que se hayan hecho pasar por sus amigos para entrar a su casa. Para atarlo, torturarlo y matarlo a golpes. Y que luego, para encubrir el hecho, o tal vez solo por impunidad, se llevaran la tele y alguna que otra cosa.

Necesitamos asegurarnos de que sus asesinos estarán presos de por vida, que ya no podrán hacerle esto a nadie más. 

Por favor, hacé llegar esta carta a todos los que puedas. Que el mundo entero pida justicia por Lautaro, por el dolor de su familia y sus amigos, que ya no tendremos la posibilidad de iluminar nuestros días con sus sonrisas y sus abrazos. 

Necesitamos que haya justicia, por Lauti, y por todas las personas víctimas de violencia y de odio. Necesitamos vivir en un mundo donde no existan estas atrocidades. Donde estas violencias no queden impunes.